Calzada Romana
La calzada romana era el modelo de camino usado por Roma para la vertebración de suImperio. La red viaria fue utilizada por el ejército en la conquista de territorios y gracias a ella se podían movilizar grandes efectivos con una rapidez nunca vista hasta entonces. En el aspecto económico desempeñó un papel fundamental, ya que el transporte de mercancías se agilizó notablemente. Las calzadas también tuvieron gran influencia en la difusión de la nueva cultura y en difundir por todo el Imperio la romanización.Las calzadas se realizaron sobre caminos ya existentes, sobre senderos y caminos de tierra, pero exigen un gran trabajo de drenaje, excavación, aplanamiento, etc., hasta su aspecto final con empedrado. Las calzadas quedaban sólidamente dispuestas al asentarse sobre una capa inicial de grava, otra de cemento y finalmente con las grandes losas colocadas en grandes bloques.

Puentes
El primer trabajo para construir un puente era excavar unos hoyos para comprobar el subsuelo y su resistencia para soportar el gran peso de un puente. Tras elegir el lugar donde se iba a levantar, se marcaba dónde iban a ir sus contrafuertes y se empezaban a echar sus cimientos.

El problema de algunos de los contrafuertes era que tenían que hacerse dentro del lecho del río, de manera que el agua suponía un problema; para ello idearon lo que se denomina ataguía, es decir, un recinto hermético a base de troncos que se clavaban en el lecho del río y que dejaban un hueco mayor que el de los cimientos del contrafuerte, al tiempo que unas bombas de agua permitían evacuar el agua que iba entrando en la ataguía.

En ocasiones los romanos levantaban sus puentes con grandes bloques de piedra sin unirlos con argamasa; era necesario cortar y tallar los bloques de piedra que se ensamblaran perfectamente y se mantuvieran en su sitio; en ocasiones, la fuerza del agua era capaz de arrastrar estos bloques y dar al traste con el puente, por lo que la argamasa u hormigón resultó más útil, así como permitió la utilización de bloques de piedra de menor tamaño.
Entre los bloques que componían el puente se solían colocar algunos que sobresalían de la estructura o incluso cornisas; estos salientes y cornisas solían ser utilizados para base de los andamios y para centrar el arco.
Los canteros levantaban el contrafuerte o estribo hasta la imposta y allí los carpinteros levantaban el armazón de madera para hacer un arco, apoyándolo en las cornisas o impostas; el exterior del armazón semicircular tenía la misma medida y forma que el interior e inferior del arco –intradós-; lógicamente este armazón de madera tenía que ser lo suficientemente fuerte y estar lo suficientemente asegurado como para sostener las toneladas de peso de las dovelas de piedra del arco.

Mediante grúas se hacían subir las dovelas del arco y se colocaban una tras otra, hasta que se ponía la dovela central, llamada clave, tras lo cual se procedía a retirar parcialmente el armazón de madera. Primero se desplazaba hacia abajo, quitando las cuñas que los sostenían sobre las cornisas o impostas; tras construir las enjutas y allanar la curva del extradós –la cara externa y superior del arco- con hormigón y escombros, se retiraba completamente el armazón de madera y finalmente se hacía la calzada por encima del puente.
Acueductos
Los romanos construyeron numerosos acueductos (latín aquaeductūs, sing. aquaeductus) para proporcionar agua a las ciudades y lugares industriales en su imperio. Estos acueductos estaban entre los mayores logros de ingeniería del mundo antiguo y establecieron un estándar no igualado durante más de mil años tras la caída de Roma.
Un acueducto arrancaba en un sistema de captación del agua. El agua pasaba, de forma controlada, a la conducción desde un depósito de cabecera (caput aquae). La construcción de un acueducto exigía el estudio minucioso del terreno que permitiría escoger el trazado más económico para permitir una pendiente suave y sostenida, sin alargar demasiado el recorrido de la obra. Se usaban canales abiertos (riui) siempre que resultaba posible y únicamente en contadas ocasiones se recurría a la conducción bajo presión.
El canal se acomodaba al terreno por distintos procedimientos. Cuando era posible, transcurría sobre el suelo apoyado en un muro (substructio) en el que se practicaban alcantarillas para facilitar el tránsito normal de las aguas de superficie. Si el terreno se elevaba, el canal quedaba enterrado (riuus subterraneus) y formaba una galería subterránea (specus) excavada directamente en la roca o construida dentro de una zanja. Cuando había que vencer una fuerte depresión, se recurría a la construcción de complicados sistemas de arcos (arcuationes) que sostienían el canal y lo mantienían al nivel adecuado.
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